lunes, 28 de enero de 2013

Una fría noche de verano

Este recuerdo comienza un día de verano,era Julio del año 2009 y yo tenía 18 años,que recuerdos...
Aquel año habíamos decidido unos amigos y yo organizar un viaje de interrail por Europa en verano,por aquel entonces aún no conocía muy bien que era eso del interrail y buscamos información para ver si nos animábamos a hacerlo.
Leyendo y leyendo experiencias de aventureros en sus viajes de interrail no dudamos en hacer nosotros el nuestro,aunque no fuimos muy bien preparados,ya que nuestro "equipaje" era demasiado grande,con maletas,mochilas,bolsas,sacos de dormir,etc,luego nos dimos cuenta que para un viaje en interrail no hay nada mejor que una mochila bien equipada.
Nuestro viaje de 22 días comenzó en Londres,donde ya tuvimos varios problemas nada más montar en el avión hasta que cogimos el primer tren,pero eso quedará para otra anécdota del blog. Después de Londres,Dover,Calais y París,nos dispusimos a emprender camino a Praga,por lo que cogimos un tren el a estación central de París,pero para poder llegar hasta Praga teníamos que hacer una serie de escalas y cambios de tren en varios puntos de Alemania.


Nuestro primer cambio de tren fue en Frankfurt,ciudad a la que llegamos muy cansados y dormidos ya que cogimos el tren de madrugada y no habíamos dormido nada,normal,última noche en París,no podíamos desperdiciarla. Después de bajarnos del tren y estar esperando al siguiente una horita más o menos creo recordar,montamos en el tren que nos conduciría a Praga,eso si,antes tendríamos que hacer escala en Cheb.
Cheb (también llamado Eger en alemán) es una ciudad de la República Checa que se encuentra ubicada en la región de Karlovy Vary, junto al río Ohře, al pie de los montes Smrčiny y cerca de la frontera con Alemania. Antes del año 1945 la ciudad era el centro de la región conocida como Egerland, de habla alemana, dentro del área de influencia de los dialectos austrobávaros.

Esta pequeña ciudad checa funciona como un paso fronterizo con Alemania,por lo que es un punto importante para hacer cambios de tren con diferentes destinos por el país. Nosotros llegamos a la estación de tren de Cheb alrededor de las 10 de la noche y fuimos a preguntar a la estación a que hora salia el próximo tren para Praga. Para poder llegar a la estación había que pasar por un túnel subterráneo el cual,entre las luces parpadeantes,las lámparas medio caídas colgando del techo,las pintadas de las paredes,el silencio sepulcral y el frío que hacia ,recordaba a cualquier película de terror que se te venga a la mente, parecía un escenario de la película de matanzas "Hostel".


Una vez atravesado el túnel llegamos a la "estación", por llamarlo de alguna manera. Aquello daba más miedo aún que el túnel que unía la estación con las paradas del tren,estaba todo abandonado,sucio,casi a oscuras,con pintadas,basura tirada por todos lados,pero al menos, había una persona en un mostrador de mala muerte a la que podríamos preguntarle a que hora podíamos escapar de allí,fallo por nuestra cuenta ya que fue mucho suponer que hablase inglés.
El recepcionista no hablaba nada de nada de inglés,solo se limitaba a soltar palabras en checo y a una velocidad pasmosa,Por lo que tuvimos que tirar del mundialmente conocido lenguaje de gestos,y así pudo decirnos que el primer tren para Praga salia en 7 horas,es decir,a las 6 de la mañana,espera... ¿ teníamos que pasar toda la noche allí,en una estación "del terror"? aquello fue un batacazo.


Teníamos que pensar que íbamos a hacer,y nos sentamos en un banco a valorar las posibilidades. La primera fue quedarnos a pasar la noche en el interior de la estación,en una zona que habíamos visto antes con bancos que podíamos usar a modo de "cama improvisada",por lo que fuimos a ver que tal podíamos dormir allí,y para nuestra sorpresa,o no tanto viendo el panorama que nos rodeaba, había un drogadicto allí tumbado,no voy a explicar lo que estaba haciendo para darme a entender que era drogadicto,que nos miró con mala cara,por lo que lo de quedarnos allí dentro ya no era una posibilidad,y pensamos en salir fuera de la estación a buscar algún tipo de alojamiento,aunque entre que íbamos y luego que teníamos que estar en la estación a la espera del tren ya que no era la primera vez que nos daban un horario y el tren llegaba bastante antes. Nada más salir nos saltaron encima todas las miradas de los transeúntes,más bien se les podría llamar "canis", que estaban allí bebiendo,con música a todo volumen y expectantes para a la mínima robarnos,y además estaba toda la zona a oscuras y con pintas de que hubiese pasado por allí un huracán,estaba todo destrozado,tirados los contenedores de basura, coches abandonados, algunos sin ruedas,etc,supongo que era obra de aquella gente "tan simpática" que nos miraba con cara de "hacer amigos".


Por lo que decidimos volver volver a la estación ferroviaria,cruzar el túnel del terror y volver a las vías del tren donde pasaría nuestro tren "de la salvación". Aquello era lo más acogedor que vimos aquel día para pasar la noche,aunque estábamos a la intemperie y hacia bastante frío.Montamos nuestro "campamento" improvisado en unos bancos que había junto a los raíles,y desplegamos nuestros sacos a modo de camas para poder estar un poco cómodos durante la noche. Junto a los bancos se encontraba una especie de vehículo que por las pintas debía servir para transportar las maletas de los pasajeros,y para olvidarnos un poco del frío estuvimos haciendo el "ganso" un rato en él,y así olvidarnos de donde nos tocaba dormir esa noche.


Mientras intentábamos entrar en calor como podíamos comenzaron a llegar trenes de Alemania que paraban allí y se acercaba un revisor de la estación linterna en mano para revisar con mucha minuciosidad los bajos de los vagones mirando entre las ruedas,debajo de la locomotora,etc,lo que nos hizo pensar que se pasaban "cosas" o incluso gente ilegalmente por aquella estación,algo que tampoco nos sorprendía.Cuando conseguimos conciliar un poco el sueño,que era difícil con aquel frío tirados en el suelo,con trenes que llegaban y revisores pegándose gritos entre ellos,se nos acercó un revisor,y se puso a dar vueltas alrededor nuestra,lo que nos hizo pensar que nos iba a echar de allí pero no,se marchó y de vez en cuando nos miraba desde el otro lado de los raíles.


Cuando eran más o menos las 4 de la mañana,no paraba de mirar el reloj ya que no podía dormir nada,volvió el revisor raro de antes,y se acercó a uno de mis amigos y lo movió un poco para que despertase,eso ya me puso en alerta ya que aquella noche podía pasar cualquier cosa y había que estar en alerta. El revisor le despertó,y empezó a hablar en checo,como si lo fuéramos a entender,y claro,mi compañero se asustó porque no entendía nada de lo que le decía a toda velocidad,entonces el revisor lo cogió por la mano y se le dijo,otra vez con gestos,que lo acompañase adentro del edificio,no sé porqué,pero mi compañero se fió de él y lo acompañó mientras el resto,medio despiertos medio dormidos nos quedábamos allí.


Cuando volvió nuestro compañero nos contó que lo llevó a los baños de los empleados y le dejó las llaves,ya que los públicos estaban sucios,si solo fuera sucios...,por si tenia que hacer algo,y luego le invitó a un café. Resulta que nos estuvo observando,yo como vio que teníamos frío,bueno alguno más que otro ya que los sacos eran algunos mejores que otros,y decidió invitar a alguno a un café y ayudarnos si necesitábamos algo. A pocos minutos de que llegase el tren para Praga nuestra visión de aquella noche cambió radicalmente,de ser espantosa,horrible, caótica,y un montón de adjetivos más,pasó a sacarnos una sonrisa,y a emprender camino con otro animo. Mientras el tren arrancaba y cogía velocidad para abandonar la estación,el simpático revisor nos despedía con una sonrisa y moviendo la mano haciéndonos olvidar aquella fría noche de verano.

miércoles, 23 de enero de 2013

Billete sin retorno

No sabía cual podía ser mi siguiente recuerdo viajero,estuve pensando varios y no me acababa de decantar por ninguno,por lo que para evadirme un rato del Blog, decidí mirar algunas páginas de viajes y de lugares sorprendentes por internet.
En mi paseo por la red en busca de posibles nuevos viajes y aventuras encontré una pregunta que hacia un bloguero en una página,-¿Cual ha sido el lugar que más te ha gustado de la República Checa?- me puse a pensar y sin lugar a dudas para mi fue Praga,una preciosa ciudad de la que no te puedes cansar nunca.
Ya sabéis como es la mente,muchas veces comienzas con un pensamiento y va derivando poco a poco y acabas sin darte cuenta y sin saber como en otra idea que no tiene nada que ver con la principal.
Esto hizo que acabase recordando una historia muy graciosa,aunque en su momento no lo fue tanto,que me pasó en una preciosa villa checa llamada Kutná Hora.


Kutná Hora es un pueblo checo que se encuentra a unos 75 Kms de Praga,y si no tienes coche,la mejor forma de llegar es en tren desde la estación central de la ciudad.
Esta estación de ferrocarril es una de las últimas glorias arquitectónicas del Imperio Habsburgo, diseñada por Josef Fanta,y que abierta al público oficialmente en el año 1909 con el nombre de Franz-Josefs Bahnhof. Luego fue renombrada como Estación Wilson, pero hoy en día se la conoce como Estación Central.El día que fuimos a sacar los billetes de tren ida y vuelta me informé un poco de donde había que cambiar de tren y los horarios,todo me pareció bastante fácil y además muy barato,creo recordar que ida y vuelta para tres personas nos costó al cambio unos 10€,por lo que  no dudamos en ir.


A parte del atractivo turístico que tiene ya por si Kutná hora hay una zona por la que ya merece la pena ir hasta alli,se trata del osario de Sedlec,una espeluznante capilla construida toda entera con huesos humanos,y que se encuentra en un suburbio a las afueras de Kutná Hora.
El pueblo tiene tres estaciones de tren,una en la zona más alejada,otra muy próxima al osario,y otra en el mismo pueblo. Nosotros decidimos bajarnos en la del medio,en la del osario, así lo visitábamos primero y luego iríamos andando hasta el centro de Kutná Hora,una hora y media más o menos, así íbamos viendo el paisaje de paso.La idea parecía bastante acertada,y así una vez visto el osario y el pueblo, cogeríamos el tren de vuelta a Praga en la estación del centro del pueblo.Todo salió como nos propusimos,nos bajamos en la de Sedlec,y un amable señor ( un poco raro,no paraba de hacer ruidos y hablar solo) se ofreció no solo a indicarnos el camino,sino a llevarnos hasta la misma puerta del osario. 


Una vez visitado el Osario nos pusimos camino al centro del pueblo a visitar sus monumentos. Este pueblo fue una de las visitas más interesantes que hicimos en la República Checa y también con alguno que otro contratiempo que ya contaré en otra historia.
Cuando nos disponíamos a buscar la estación de tren del centro del pueblo nos separamos en un camino sin darnos cuenta y estuvimos bastante rato intentando encontrarnos,pero como mi madre y yo pensamos parecido nos dimos cuenta que el otro iría a algún sitio en el que hubiéramos estado antes,en este caso pensamos en el mismo,una pequeña heladería que nos gustó mucho y en la que comimos unos riquísimos helados,por lo que nos acabamos encontrando allí.

Nos dispusimos a ir a la estación de tren,y preguntando un poco la acabamos encontrando. Quise hablar en inglés con el revisor de la estación pero no entendía nada de inglés,solo hablaba checo,por lo que nos costó un poco entendernos,pero más o menos,gracias al lenguaje universal de los gestos y señalando el reloj,me dio indicado la hora a la que pasaba el próximo tren con destino Praga.


Estuvimos alrededor de una hora esperando por el tren.Nos esperábamos un tren antiguo,no muy rápido,ya que nos conocíamos bastante bien como son los trenes por allí,pero lo que no nos esperábamos para nada es que fuese solo la locomotora y un mini vagón para unas 10 personas.Aquello nos sorprendió bastante,no entendíamos como podía ser "eso" lo que nos iba a llevar hasta Praga. Nos subimos y los pasajeros que iban en el vagón,por llamarlo de alguna manera,nos miraban con cara muy rara,por lo que decidimos preguntarle al maquinista si ese era el tren que iba para Praga, El maquinista apunto de arrancar nos dijo que no,que ese tren no iba con destino a Praga,por lo que nos apresuramos a bajarnos a la velocidad de la luz antes de que emprendiese camino.
Cuando dimos el salto a las vías,la locomotora comenzó a funcionar y a seguir con su destino,y nosotros aprovechamos para correr a los bancos de la estación y esperar al tren que iba para Praga y a salir rápido de entre las vías del tren. Cuando el tren ya se había marchado y casi no se veía el revisor de la estación nos comenzó a gritar, como si le fuese la vida en ello,en su "inglés" chapurreado,que ese si era nuestro tren,que ese vagón iba hasta la estación de Sedlec( en la que nos bajamos cuando llegamos al pueblo) y allí había que coger el tren para Praga,y si no íbamos en ese mini vagón,no daríamos llegado a la otra estación para coger el último tren para Praga. Nosotros nos miramos asustados,y sin dudarlo ni un segundo,y sin decirnos nada,comenzamos a correr entre las vías de la estación a toda velocidad detrás de la locomotora-vagón.Era imposible ponernos a su altura,ya llevaba bastante velocidad,pero no perdimos la esperanza para nada y corrimos como nunca lo habíamos hecho en la vida,aquel momento parecía la carrera junto al coche en la película "Carros de Fuego",toda al gente de la estación se asomaba para mirarnos mientras corríamos detrás con todas nuestras fuerzas intentando estirar el brazo con la esperanza de llegar a la locomotora extravagante. Las personas que nos habían mirado raro en el vagón nos vieron correr detrás y un chico abrió la puerta trasera para ayudarnos a saltar en marcha,yo al ser el mas alto y con las piernas mas largas pude correr más y con un "gran salto", parecía que iba a saltar un barranco,consegui entrar dentro del vagón y estirar el brazo para ayudar a subir a mi pareja y a mi madre,que iba dando lo máximo que podía y más de lo que su cuerpo soportaba,y de un último salto consiguió subir al vagón. Toda la gente se reía y nos miraba con una sonrisa enorme,alucinaban de como nos pusimos a correr detrás del tren,y si lo conseguimos fue gracias a que el tren no iba a gran velocidad ,ya que tampoco daba para mucho,y a que no queríamos tener que quedarnos allí hasta el día siguiente e hicimos un gran esfuerzo.
Al cabo de un poco llegamos a la otra estación y alli hicimos el cambio de tren para poder volver a Praga. Aquel día nos tumbamos en la cama a descansar y a reírnos de la que habíamos liado aquel día en el tren que podía haber sido, "un billete sin retorno".

lunes, 21 de enero de 2013

hay un pasajero de más en mi maleta?

Es difícil saber como comenzar un blog en el que quiero contar todas las aventuras vividas a lo largo de mi vida en mis viajes. Aunque parezca raro,hay historias,recuerdos,anécdotas,o como quieras llamarlo,que son difíciles de explicar de una forma que no parezcan surrealistas y sacadas de un cuento de ciencia ficción,por lo que intentaré contar las anécdotas lo más exacto posible que mi mente me permite recordar.
Se complica más aún la cosa cuando tienes que decidir como comenzar un resumen de tantos momentos vividos,no sé por donde empezar.
Mientras pienso y pienso cual puede ser la mejor anécdota con la que empezar este blog se me vienen a la mente un montón de recuerdos divertidos,alocados,raros,y algunos que hasta dan miedo,haciendo que no sepa muy bien por cual empezar,cual pudo ser más divertido,cual me marcó para siempre,etc.

Mientras mi mente quiere recordar todas esas peripecias viajeras y me desespero intentando encontrar la idónea para empezar, de repente,se me viene una a la mente,ese recuerdo de "Aquel nuevo pasajero de mi maleta". Puede sonar raro,pero aquel viaje a Estados Unidos nos dio un buen susto.

Era el año 2001,yo tenia 10 años,y ya había viajado varias veces desde los 5 años a Barcelona a ver a mi familia con mi "mini" maleta de los "101 Dálmatas" y corriendo a buscar una azafata para que me acompañase durante el vuelo para no ir solo en el avión,no era listo ni nada;además,¿quién se podía resistir a acompañar a un viajero de 5 añitos que buscaba el sólito la puerta de embarque?.Bueno,volviendo al año 2001,como se puede notar, lo de viajar ya lo llevaba en la sangre desde muy pequeño,era algo que me apasionaba,y como mi madre siempre fue una gran aventurera de mochila en mano quería que yo conociese Mundo y diera el salto al "gran charco",por lo que me regaló por mi comunión,un viaje a Estados Unidos,exactamente al Walt Disney World Orlando, ¿que chico de 10 años no alucinaría con ese viaje?.


Por lo que nos pusimos manos a la obra mi madre,mis dos amigos, su madre,y yo,para contactar con las agencias de viajes,si, agencias de viajes,por aquel entonces era la única forma que teníamos de viajar. Recuerdo que estuvimos casi dos meses yendo casi todos los días a la agencia de viajes para poder sacar el viaje,siempre nos ponían escusas,que si a subido el carburante,que si ahora no hay vuelo para ese día que si... mil problemas que nos ponían para sacarnos más dinero,cada vez que lo recuerdo... en fin.

Al final conseguimos emprender viaje,era mi primera escapada fuera de España y no sabíamos muy bien como movernos por los aeropuertos,eso sumándole que "el viaje" duraba dos días por la cantidad de escalas que teníamos que hacer,hizo que el llegar se hiciera un final inalcanzable.

Nuestra primera aventura en los Estados Unidos la dejaré para otro momento,ya que aquel viaje fue algo de otro mundo y da para muchas historias divertidas,por lo que voy a "saltar" a los últimos días del viaje.

Nuestro último día en el Walt Disney World Orlando fue un poco a las prisas ya que por la tarde partía nuestro autobús para el aeropuerto, así que nos daba tiempo para un par de atracciones y ya está, así que decidimos montar en una montaña rusa inspirada en Indiana Jones,toda una ventura,la cual,acababa en la típica tienda de recuerdos.


Nuestras madres nos dejaron compararnos un recuerdo de aquella tienda,yo no recuerdo que me compré,pero si recuerdo lo que se compraron mis compañeros,una serpiente de goma de de 60cm y de casi dos kilos! 
Dado que su madre no les hubiera dejado comprarla,la escondieron y se la llevaron para el hotel para meterla en la maleta.



Aquel día estábamos tristes porque nos volvíamos para España,pero sabíamos que habíamos sido muy afortunados de poder hacer ese pedazo de viaje y que no podíamos quedarnos para siempre.
Nuestro vuelo de vuelta era,como a la ida,con un montón de escalas,una de ellas en Madrid.
Durante todo el vuelo no notamos nada raro,a parte de una terrible tortícolis de tantas horas de avión,pero nos venían siguiendo la pista desde los Estados Unidos y nos tenían echado el ojo y esperándonos en territorio español. 

Cuando llegamos a Madrid, no encontrábamos carro para poder llevar las maletas y nuestras madres nos mandaron a buscar uno,mientras la madre de mis amigos tuvo que ir rápidamente al baño y nosotros dábamos vueltas por el aeropuerto en busca del carro perdido.

Todo esto fue aún más definitivo para que sospechasen de nosotros,tanto movimiento y separándonos por el aeropuerto era un poco raro para nuestros "espías" de incógnito.

En el momento que nos juntamos los cuatro otra vez nos asaltaron de la nada tres policías y un hombre muy raro con una bata blanca,todo ello al grito de "alto!arriba las manos! especies protegidas!.No sé si fue por el cansancio,el susto de la policía, o la reacción de toda la gente que giró la cabeza para vernos,que hizo que mis dos amigos y yo diésemos un salto asustados y nos pusiésemos con las manos en alto contra la pared.
Aquello era una de estas situaciones en que no sabes porqué,pero aunque no hayas hecho nada tienes miedo de que te pillen o hayas podido haber hecho algo ilegal y empiezas a repasar en tu cabeza a la velocidad de al luz todo lo ocurrido en el viaje para poder encontrar una respuesta a aquella situación.

Cuando nos calmamos un poco nos hicieron una serie de preguntas a tal velocidad que dejarían atontado a cualquiera,de donde venís,de donde sois,cuantos años tenéis,porque lo habéis hecho,que teníais pensado hacer con el animal.... espera,que animal? esa fue la pregunta que nos hicimos todos mirándonos con cara de asombro y sin entender nada.El hombre de bata se dispuso a abrir nuestro equipaje,todo ello con guantes,y una larga varilla con un gancho para atrapar algo, teníamos un polizón en la maleta?

Cuando abrió con cuidado la maleta estábamos todos impacientes por saber que era lo que llevábamos,y nuestra sorpresa fue que nuestro polizón era aquella serpiente de goma que compraron mis amigos! Los policías no sabían donde meterse de la vergüenza empezaron a hacernos preguntas,que tal el viaje? os lo habéis pasado bien? para poder disimular. Por lo visto luego nos explicaron que nos venían siguiendo desde Mineapolis,(la primera escala desde Orlando) porque habían visto en el escáner una serpiente en la maleta y que se "movía", como para no moverse con tanto traqueteo de maletas y encima de goma entre la ropa!

Aquel dia llegué a mi casa impactado,asustado,con cara de asombro,no sabía decir bien como llegué,eso si,nunca se me olvidará la cara con la que se quedaron los de "especies protegidas".